viernes, 6 de mayo de 2011

Optimismo en el mercado inversor

Los mercados bursátiles deben terminar otro año con rendimientos de doble dígito, una gestión que en parte, será posible gracias a la renovada fortaleza de las compañías estadounidenses, una mejor actitud de los inversionistas hacia el riesgo y vientos “menos fuertes” desde la capital federal en lo que atañe a regulación y retos fiscales.

De acuerdo con Robert C. (Bob) Doll, jefe de Estrategia Bursátil para BlackRock, los riesgos que influenciaron los mercados -y que fueron parte de la peor recesión que se haya experimentado en dos generaciones- han mermado significativamente, dando paso a una visión más optimista de los mercados y a oportunidades para los inversionistas.


Según Doll, la economía estadounidense se encuentra en modo de crecimiento y su sector corporativo aparece con buen flujo de efectivo y ganancias “más sostenibles”. “El período de recuperación terminó. Estados Unidos ha entrado a una etapa de expansión”, subrayó.

La previsión de crecimiento real para el Producto Interno Bruto estadounidense este año ronda 2.9%.

Ayer, el reputado estratega y entrevistado frecuente en medios especializados como CNBC y Forbes, ofreció sus previsiones del mercado a casi dos centenares de inversionistas, quienes se dieron cita en el hotel Sheraton del Distrito de Convenciones por invitación de Merrill Lynch.

Allí, Doll explicó que en el 2010, las empresas permanecían enfocadas en reabastecer sus inventarios, pero este año, el énfasis está en la venta y por ende, en acrecer los estados de situación.

Asimismo, señaló que el crédito ha salido de “la unidad de cuidado intensivo” y que ciertos datos apuntan a un mayor interés de los bancos en prestar, aunque el acceso crediticio no ha regresado del todo a la normalidad. Mientras, los consumidores han reducido sus niveles de deuda y aumentado su tasa de ahorro. Hizo hincapié en que su previsión favorable del mercado también está acompañada de factores menos alentadores.

En el caso de las bienes raíces, por ejemplo, Doll recordó que los precios de los inmuebles han permanecido planos, tendencia que permanecerá por otro par de años más.

Además, la tasa de desocupación ha experimentado una mejora, pero todavía queda “un largo trecho por andar” y no sería hasta finales de año, si el ritmo de creación de empleos promedia 250,000, cuando el indicador se ubique en 8%, señaló.

De acuerdo con el experto, aunque en términos económicos la tasa de desempleo supone un lastre, la evidencia estadística destaca que precisamente en períodos de alta desocupación, los rendimientos de las compañías y por ende, su comportamiento accionario, se traducen en mejores desempeños.

“Estamos exactamente en ese momento”, sostuvo Doll al agregar que si se espera por una mejora en el empleo para invertir en acciones, se pierde la oportunidad.

“Las ganancias (de las compañías) están excediendo las expectativas por amplias cantidades”, sostuvo Doll al indicar que el 70% de las empresas ha excedido las expectativas de ingresos.

El estratega reconoció que todavía existen problemas crediticios, siendo el caso más conocido el de Grecia, pero indicó que siempre aparecen “curitas” para resolverlos.

Esa premisa parece aplicar para los problemas fiscales de Estados Unidos, así como ciertos estados y gobiernos municipales en los Estados Unidos. Explicó que aunque puede haber “escepticismo” por debates como el límite a la deuda, se prevé cierto ánimo para encontrar soluciones a la situación.

“No creo que tengamos incumplimientos en los bonos municipales. Va a haber reestructuraciones”, comentó Doll a El Nuevo Día, señalando que la mejora económica, contribuirá a mejores recaudos gubernamentales.

Según Doll, otras variables a las que debe prestarse atención son el precio del petróleo, así como a la reducción en el valor del dólar, que continuará siendo superado por las materias primas.

Por otra parte, Doll señaló que no prevé que la terminación del programa de compra de bonos (QE2) en junio próximo, por parte de la Reserva Federal vaya a tener un impacto significativo en los mercados bursátiles o de bonos y que no será hasta que se identifiquen señales más robustas en la actividad económica, que se ajustarían los tipos de interés, cosa que no necesariamente ocurrirá este año.

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