Katherine Russell era como cualquier otra chica norteamericana hasta que su esposo, Tamerlan Tsarnaev, le lavó el cerebro.
Así opinan los amigos de la infancia de Russell, ahora viuda de uno de los sospechosos de los atentados de Boston, según contaron al Daily Mail.
“Sus padres son gente buena, sus hermanas son niñas maravillosas. Pero ella conoció a este tipo, y pues creo que todo cambió”, contó uno de sus compañeros de escuela.
"Está completamente transformada", dijo el hombre, quien dijo que al verla hace unos días no la reconoció.
Katherine, quien se crió en Rhode Island, es hija de un médico y una enfermera.
Tras el incidente la joven se mudó con sus padres junto a su bebé de dos años, Zahara.
Según sus amistades, Katherine conoció a Tamerlan en la Universidad de Suffolk y se casó con él a los 21 años. En el 2009 Tsarnaev fue arrestado por violencia doméstica.
En busca de evidencia, las autoridades federales de Estados Unidos han pedido hablar con la joven.
El abogado de la mujer, Amato DeLuca, dijo el domingo a The Associated Press que está negociando con ellos sobre la forma de proceder.
Según el letrado, Katherine no ha hablado aún con los funcionarios federales que llegaron la noche del domingo a la casa de sus padres en North Kingstown, Rhode Island.
Aún se desconocen las razones que habrían motivado a los autores del ataque. El hermano menor, Dzhokhar Tsarnaev, comenzó a ser interrogado esta mañana. Contesta escribiendo porque no puede hablar debido a una herida de bala en la garganta.
Cuando se le preguntó a DeLuca si a la mujer le pareció algo raro después de los atentados, DeLuca respondió: "No que yo sepa". Dijo que ella se enteró de que su marido era un sospechoso al verlo en la televisión.
DeLuca informó que su cliente no sospechaba que su esposo estuviese haciendo algo malo y que no tenía razones para sospecharlo.
El abogado dijo que ella ha estado trabajando 70 o 80 horas a la semana como asistente en una casa de cuidados de salud, mientras que su esposo se hacía cargo de su hija, una niña pequeña.
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